17 de septiembre de 2013

¿Argentina está aislada del mundo o el mundo está aislado del mundo?

Ante la insistente afirmación que se observa casi a diario en los medios hegemónicos y en boca de muchos políticos opositores de que nuestro país estaría aislado del mundo porque levanta algunas barreras a las importaciones y por los problemas que surgen de los litigios iniciados por los fondos buitres para cobrar sus pretensiones sobre la deuda externa, este servidor público realizó una recorrida por los medios extranjeros para saber qué se dice sobre estos temas, y ¡adivinen qué encontró...!

Veamos:






Caída del comercio mundial marca el fin del modelo basado en las exportaciones.
A cinco años del estallido de la crisis financiera global la economía se mantiene en estado crítico y con un serio recrudecimiento en el declive del comercio mundial. Los temores a una década perdida se hacen muy reales cuando vemos (una) gráfica de las importaciones y exportaciones europeas, que dan cuenta del estancamiento de la actividad comercial que pese a los vítores e inyecciones de dinero aún está por debajo de los niveles del año 2008. La caída del comercio mundial pronostica el fin del modelo basado en las exportaciones.
De acuerdo con el informe anual entregado este jueves por la UNCTAD (Organización para el Comercio y el Desarrollo de las Naciones Unidas) en Ginebra, la actividad del comercio internacional se ha estancado. Esto demuestra que ya no se trata solo de una crisis financiera, sino que es una crisis estructural que involucra toda la economía mundial. El informe de la UNCTAD afirma que los países deben introducir cambios fundamentales en sus estrategias de crecimiento, con el fin de adaptarse a este cambio estructural. En rigor, y gracias a la ayuda del sistema financiero, las economías se hicieron demasiado dependientes de las exportaciones (la demanda de divisas beneficia a la banca) y ahora deberán dar un paso atrás a este modelo y permitir un mayor protagonismo de la demanda interna y el comercio regional.
Como se aprecia en la gráfica, el intercambio de bienes se derrumbó tras la quiebra de Lehman hace cinco años, y luego del repunte experimentado con las iniciales respuestas de los gobiernos, los planes de austeridad terminaron por hundir al conjunto de la economía. Esto contradice las tesis de Alemania de que la economía europea se encuentra en la senda de la recuperación y ha dado vuelta la página. Alemania oculta información y es probable que ésta se dé a conocer una vez que termine el proceso electoral.
Antes del estallido de la crisis la demanda boyante parecía justificar la adopción de modelos de crecimiento orientados a las exportaciones. Muchos países competían por exportar más y acumular la moneda de reserva, apostando así a su propio crecimiento. Esta expansión se basaba en la demanda global y el auge del comercio externo, que obedecía a patrones de financiamiento insostenibles, que terminaron colapsando. El cambio estructural debe apelar a una nueva estrategia de crecimiento que favorezca el desarrollo interno y apele al factor más clave y central (y que es el más olvidado en las cumbres, debates y análisis de la situación actual), que es la creación de empleo.
El informe de la UNCTAD señala que los países desarrollados deben hacer frente a las causas fundamentales de la crisis, que resume en estos cuatro puntos: i) la disminución en la función económica del Estado, ii) el aumento de la desigualdad, iii) el papel predominante del sector financiero desregulado y iv) el rol global del sistema financiero en la creación de los desequilibrios mundiales, dado que las economías emergentes se hicieron fuertemente dependientes de sus exportaciones. La caída del comercio obligará a estas economías a tener un rol más centrado en la demanda interna y regional.


Dice el informe:
A diferencia del crecimiento impulsado por las exportaciones, las estrategias de demanda dirigidas pueden ser realizados por todos los países al mismo tiempo y sin efectos de empobrecer al vecino… si muchos países en desarrollo logran coordinadamente ampliar su demanda interna, sus economías podrían convertirse en los mercados de la otra y estimular el comercio regional… Por lo tanto, cambiar el enfoque de las estrategias de desarrollo de los mercados internos no significa minimizar la importancia del papel de las exportaciones.
Al adoptar una estrategia de crecimiento con un papel más importante para la demanda interna, los países deben lograr un equilibrio adecuado entre el aumento del consumo de los hogares, la inversión privada y el gasto público. El fomento de la capacidad adquisitiva de la población es un elemento clave en este sentido. Esto se puede lograr a través de una política de ingresos, con transferencias sociales específicas y planes de empleos del sector público. La creación y redistribución de ingresos para las familias de ingresos medios es fundamental para esta estrategia de desarrollo, ya que los hogares tienden a gastar una mayor proporción de sus ingresos en el consumo, en bienes y servicios producidos en la región.
El aumento de la demanda agregada que generaría este desarrollo interno, podría proporcionar un incentivo para invertir en la expansión de la capacidad productiva y en la adaptación a los nuevos patrones de demanda local. Esto requeriría de inversión, lo que podría ser un canal de flujo para el sistema financiero. Pero la UNCTAD sugiere que sean los bancos centrales de cada país los que abran el horizonte, y no se limiten sólo al control de la inflación, sino que adquieran un rol central en el cuidado del empleo y el financiamiento de la economía real.
Los bancos centrales pueden contribuir al crecimiento haciendo participar a una red de instituciones financieras especializadas en la canalización de crédito, que justamente porque son “demasiado grandes para caer”, pueden también ser objeto de severos controles y regulaciones. El cambio de eje en la orientación de la economía que plantea la UNCTAD es clave y confirma el fin del paradigma monetarista que señalamos hace cinco años. Se pide, en todas sus palabras, que los bancos centrales abandonen como único objetivo de política las metas de inflación y den importancia al tema del empleo, dado que sin empleo no hay demanda. Este hecho sin duda, marca el inicio de una nueva etapa en los bancos centrales y su política económica basada en “metas de inflación”.
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Crece el proteccionismo en el comercio mundial.
La caída del comercio está asociada a la fuerte depresión que sufre la economía global, pero también a las medidas proteccionistas que comienzan a aplicar algunos países como señala (...) Economist Intelligence Unit
En consonancia con los datos de comercio y económicos globales de meses recientes, las nuevas cifras de la OCDE revelan que el comercio de mercancías se redujo en las principales economías en el segundo trimestre de 2012. Las contracciones fueron evidentes no sólo en las principales economías europeas, sino también en India, Rusia y Sudáfrica. Debido al debilitamiento de la demanda en EU y la UE, India ha experimentado un agudo descenso en exportaciones de mercancías, que cayeron 14.8% anual en julio.
Sendos informes de la Organización Mundial de Comercio (OMC) y la Comisión Europea destacan un aumento sustancial en medidas proteccionistas de 2008 en adelante. Según Pascal Lamy, director general de la OMC, los hallazgos de esa organización fueron alarmantes, en tanto la CE consideró que el ritmo de adopción de medidas proteccionistas se acelera; en los pasados ocho meses se adoptaron 123 nuevas.
Prueba de esto es que las tensiones comerciales entre China y EU se elevan. EU ha presentado una queja ante la OMC por el uso aparente de subsidios a la exportación en la industria automotriz del país asiático, el cual respondió con una acusación por las medidas antidoping adoptadas por EU contra algunos productos chinos. También presentó una queja contra la UE referente a la generación de energía solar, en lo cual afirma que se favorece a productores locales de Italia y Grecia.
EU y Japón han secundado a la EU en acusar a Argentina ante la OMC porque según ellos restringe las importaciones y retrasa la concesión de licencias comerciales. A principios de septiembre Brasil elevó 25% los aranceles a otros 100 productos de fuera del Mercosur. Continúa una disputa por las acciones de la UE para aplicar impuestos de carbono a todas las aerolíneas que aterricen en su suelo, lo cual ha generado la posibilidad de represalias en otros países. La creciente amenaza de disputas comerciales y medidas proteccionistas socava los beneficios económicos de los acuerdos comerciales recientes.
La descendente demanda interna china también ha sido factor en los problemas exportadores de sus vecinos. Las importaciones chinas se estancaron en abril, con un aumento de apenas 0,3% respecto del año anterior, y subieron sólo 5% anualizado en enero-abril. Esta desaceleración respecto del fuerte crecimiento de 21,5% en exportaciones visto en 2011 ha sido impulsada sobre todo por un descenso de la actividad en la construcción, sobre todo de vivienda.

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Exportaciones mundiales caen más de lo esperado. (22 de mayo de 2012).
Varias de las mayores economías exportadoras de Asia han presentado datos de comercio muy débiles relativos a abril, en muchos casos muy por debajo del consenso. Este pobre desempeño refleja el estado deprimido de la demanda en la zona euro, pero la desaceleración del crecimiento en China y el estado anémico de la confianza de los consumidores en Estados Unidos también tienen su parte. Si bien la economía global gana cierto impulso y las exportaciones asiáticas se recuperarán en los próximos meses, 2012 marcará un año en que el crecimiento del comercio en la región quedará por debajo de lo esperado.
Los datos comerciales de los indicadores de Corea del Sur y Taiwán han minado las esperanzas de que la demanda global de exportaciones asiáticas pudiera fortalecerse.

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La victoria de los buitres.
Joseph Stiglitz (Premio Nobel de Economía)
Una reciente decisión de un tribunal de apelaciones estadounidense amenaza con cambiar drásticamente a los mercados mundiales de deuda soberana. Puede incluso conducir a que ya no se considere a EE. UU. como un buen lugar para la emisión de deuda soberana. Como mínimo, torna inviables todas las reestructuraciones de deuda según los contratos estándar. En el proceso se anuló un principio básico del capitalismo moderno: cuando los deudores no pueden pagar a los acreedores, es necesario volver a empezar.
El problema comenzó hace una docena de años, cuando Argentina no tuvo otra opción que devaluar su moneda e incurrir en la cesación de pagos de su deuda. Bajo el gobierno existente, el país se había embarcado en una rápida espiral descendente, del tipo ahora familiar en Grecia y otros sitios de Europa. El desempleo se había disparado y la austeridad, en vez de recuperar el equilibrio fiscal, simplemente exacerbó la caída económica. La devaluación y la reestructuración de la deuda funcionaron. En los años siguientes, hasta la erupción de la crisis financiera mundial en 2008, el crecimiento del PBI anual argentino fue del 8%, uno de los más rápidos en el mundo. Incluso los antiguos acreedores se beneficiaron con este rebote. En una jugada muy innovadora, Argentina cambió la deuda vieja por otra nueva –con un valor de aproximadamente 30 centavos por dólar, o un poco más– a la que agregó un bono indexado por el PBI. Cuanto más crecía Argentina, más pagaba a sus anteriores acreedores. Los intereses de Argentina y los de sus acreedores estaban entonces alineados: ambos deseaban el crecimiento. Fue el equivalente a una reestructuración de deuda corporativa estadounidense bajo el «Capítulo 11», donde la deuda se cambia por capital accionario y los tenedores de bonos se convierten en nuevos accionistas.
Hace mucho tiempo, esos contratos se hacían cumplir a través de la intervención armada, como aprendieron –a un altísimo costo– México, Venezuela, Egipto y gran cantidad de países en los siglos XIX y XX. Después de la crisis argentina, la administración del presidente George W. Bush vetó las propuestas para crear un mecanismo de reestructuración de la deuda soberana. En consecuencia, no existe ni siquiera la pretensión de una búsqueda de reestructuraciones justas y eficientes.
A menudo los países deudores son exprimidos en tal medida que vuelven a quebrar unos pocos años más tarde. Los economistas aplaudieron el intento argentino para evitar este resultado a través de una profunda reestructuración, acompañada por los bonos vinculados al PBI. Pero unos pocos fondos «buitre» –entre los cuales destaca el fondo de cobertura Elliott Management, dirigido por el multimillonario Paul E. Singer –percibieron las tribulaciones argentinas como una oportunidad para obtener enormes beneficios a expensas del pueblo argentino. Compraron los viejos bonos a una fracción de su valor nominal y litigaron para obligar a Argentina a pagar 100 centavos por cada dólar.
Los fondos buitre han elevado la codicia a un nuevo nivel. Su estrategia de litigación aprovechó una cláusula contractual estándar (llamada pari passu) que busca garantizar que todos los reclamantes reciban igual trato.
Si este principio prevalece, nadie aceptará nunca una reestructuración de la deuda. Nunca se podrá volver a empezar –con todas las desagradables consecuencias que esto implica. En las crisis de la deuda, se suele culpar a los deudores. Se endeudaron demasiado. Pero los acreedores también son responsables: prestaron demasiado e imprudentemente. De hecho, los acreedores son supuestamente expertos en gestión y evaluación de riesgos y, en ese sentido, la responsabilidad es suya. El riesgo de cesación de pagos o reestructuración de la deuda induce a los acreedores a ser más cuidadosos en sus decisiones crediticias. Las repercusiones de este injusto fallo pueden tener consecuencias muy duraderas. Después de todo, ¿qué país en desarrollo que tenga los intereses de largo plazo de sus ciudadanos en mente estará preparado para emitir bonos a través del sistema financiero estadounidense, cuando sus tribunales –y tantas otras partes de su sistema político– parecen permitir que los intereses financieros triunfen por sobre el interés público?
Que el Fondo Monetario Internacional, el Departamento de Justicia de EE. UU. y las ONG de lucha contra la pobreza se hayan unido en oposición contra los fondos buitre es un hecho revelador. Pero también lo es la decisión del tribunal, que evidentemente asignó poco peso a sus argumentos. Para quienes viven en países con mercados emergentes o en desarrollo y se sienten injustamente tratados por los países avanzados, existe ahora un motivo más para el descontento frente una marca de globalización administrada para servir a los intereses de los países ricos (especialmente, a los intereses de sus sectores financieros).
El fallo tendencioso y económicamente peligroso del tribunal estadounidense muestra por qué necesitamos ya mismo un sistema de esas características.

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Como vemos, Argentina no es el único país aislado del mundo, es más: si hilamos fino podemos afirmar no sólo que el rumbo económico escogido por Argentina es el correcto y conveniente en el corto y mediano plazo sino que
actualmente todos los países están aislados del mundo...



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