1 de diciembre de 2010

No todos nosotros somos morochos o gronchos… ¿No? (III)


Nosotros y los Otros.

Finalmente, sobre el mentado tema de la discriminación subyacente en nuestro país, tratado aquí y aquí, ya es hora de buscar una explicación a esta característica de nuestra sociedad, no para justificarla sino para asumirla y tratar de cambiarla, y para eso nada mejor que acudir a la ciencia, a los científicos sociales (antropólogos y sociólogos) y periodistas que tratan a diario con esta problemática.
Démosles ahora la palabra a ellos:

“Como sabemos, el término “nosotros” expresa fundamentalmente el reconocimiento de una identidad colectiva que adquiere plena significación cuando se opone a su contrario, “los otros”, el nosotros fue entonces el punto de partida para clasificar a los otros dentro del esquema evolutivo y sobre todo, una manera de calificar y categorizar lo diferente.
“La expansión europea del siglo XIX, como todo colonialismo, se sostenía sobre los supuestos de considerar lo descubierto como propio, no perteneciente a nadie y legitimando dicha apropiación en la superioridad del conquistador sobre la incapacidad e ignorancia de los pueblos colonizados, con la particularidad de sustentar, fundamentar y justificar la pretendida inferioridad desde el prestigio de la práctica científica. De este modo el método utilizado para establecer la superioridad del “hombre civilizado” fue la comparación realizada desde el más familiar sentido común: “cuanto más simple más cercano al salvajismo y más alejado de la civilización”, aunque conjuntamente se utilizó la deducción especulativa cuando los datos resultaban escasos. El mecanismo fundamental para clasificar a 'los otros' en el esquema evolutivo consistía en identificar las ausencias de adquisiciones culturales. De este modo, el evolucionismo definía a los otros como aquellos seres sin los bienes e instituciones de la civilización moderna y construía su imagen a partir de la carencia esencialmente intrínseca resaltando además de las ausencias, “la desorganización y el caos”. Decía un autor de fines del siglo pasado: “No es natural, no es justo que los pueblos civilizados occidentales vivan en espacios restringidos, donde acumulan maravillas de la ciencia, del arte de la civilización, dejando la mitad del mundo a pequeños grupos de hombres incapaces e ignorantes...”.
(Lischetti, M. (comp.) Antropología, Buenos Aires, EUDEBA, 1991.)

“En otras palabras, la invasión, la expropiación de las tierras, la explotación, el extermino y genocidio de ‘los otros’ fundamentado en la superioridad del hombre blanco civilizado no fue mostrado ni por la ciencia ni por la naciente cinematografía ni por ninguna otra “institución civilizada” como una expresión del más acérrimo de los racismos. A lo que Eduardo Menéndez se preguntó: “Pero cuándo los hombres blancos occidentales y cristianos nos hemos enterado de que existía el racismo, no sólo como discriminación más o menos distanciadora de los otros, sino como asesinato, como una de las formas más terribles de violencia en todas las dimensiones que podemos imaginar: El dato no por ser evidente deja de ser espectacular: tendemos a ubicar ese período con la decadencia del treinta y más específicamente con ‘la preparación y desarrollo’ de la segunda guerra mundial. Es decir tendemos a identificar y ‘redescubrir’ la relación existente entre racismo y violencia sólo en el momento en que una máquina blanca de guerra trata de exterminar en Europa a otros blancos muy parecidos. ¿Pero acaso algo de esto era nuevo? ¿Acaso los blancos no habían asesinado, discriminado, inferiorizado a otros conjuntos humanos? Lo único nuevo fue que tal acción haya operado básicamente sobre Europa, sobre blancos con los mismos principios ideológicos que venían empleando sobre ‘indios, negros y amarillos’.”(Menendez, E. “Racismo, colonialismo y violencia científica” en Transformaciones Nº47, Buenos Aires, Centro Editor de América Latina, 1968.)
Tomado de "La construcción de la alteridad a través de las imágenes" del Lic.Cristian Jure, Cátedra de Antropología Social / Facultad de Bellas Artes – UNLP
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Racismo en la Argentina
“En la Argentina han existido y existen conductas de discriminación relacionadas con las características étnicas o el origen nacional de las personas. A su vez, la discriminación de tipo racista suele estar íntimamente relacionada con conductas de discriminación por causas socio-económicas y políticas.
“Se han difundido términos y conductas para discriminar a ciertos grupos de población, en especial a aquellos denominados «negros», un grupo que en la Argentina no se encuentra claramente definido, pero se asocia, aunque no exclusivamente, con personas de piel o cabello más oscuro, pertenecientes a la clase trabajadora, clase baja, pobres y, más recientemente con la delincuencia.
La Argentina, tanto en su historia como en la actualidad, muestra muchas formas de racismo, desde la discriminación de indígenas y africanos y el racismo generalizado contra los «cabecitas negras» hasta el trato dispensado a los inmigrantes pobres de los países latinoamericanos cercanos. Por otro lado, también hay una conciencia antirracista y grupos, organizaciones y científicos que se oponen al racismo cotidiano."
Teun Van Dijk Los intelectuales del mundo.
Van Dijk: «Aún tenemos un discurso racista». La Nación. 2 de abril de 2008.
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¿Día de la Raza? ¿De qué raza...?
El Día de la Raza fue establecido en la Argentina en 1917 por decreto 3 del presidente Hipólito Yrigoyen, como reafirmación de la identidad hispanoamericana frente a los Estados Unidos y la Doctrina Monroe. En la Argentina existe desde 2007 un proyecto de decreto, 7 presentado por el INADI, de modificar el nombre de Día de la Raza por Día de la Diversidad Cultural Americana. En septiembre de 2010 el Poder Ejecutivo Nacional envió al Congreso un proyecto de ley en ese sentido.
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Podemos decir que el edificio discriminador y segregacionista, racista en definitiva, esta basado en cimientos de barro, en el concepto perimido de "razas humanas". Para aclarar tamaño error conceptual podemos afirmar que "en antropología física o antropología clásica, raza se ha empleado históricamente en la diferenciación de los seres humanos por sus características físicas. Sin embargo, a partir de los años 1950 y 1960 el término ha ido cayendo en desuso con el advenimiento de la genética humana y de las nuevas corrientes antropológicas." Y, más concretamente, agregar que:
"Las razas no existen, ni biológicamente ni científicamente. Los hombres por su origen común, pertenecen al mismo repertorio genético. Las variciones que podemos constatar no son el resultado de genes diferentes. Si de "razas" se tratara, hay una sola "raza": la humana."
José Marín González, Doctor en Antropología de la Universidad La Sorbonne de París


Apelaremos ahora al consenso universal de la ONU sobre el tema:

Declaraciones de la UNESCO.
Respecto a las razas, las declaraciones científicas que quizás gozan de más autoridad son las de un grupo de expertos reunidos por la UNESCO (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura). En 1950, 1951, 1964 y 1967 se celebraron reuniones en las que un grupo internacional de antropólogos, zoólogos, médicos, anatomistas y otros promulgaron de común acuerdo cuatro declaraciones sobre las razas. La última enfatizaba los tres puntos siguientes:

A “Todos los hombres que viven hoy día pertenecen a la misma especie y descienden del mismo tronco.”

B “La división de la especie humana en ‘razas’ es en parte convencional y en parte arbitraria, y no implica ninguna jerarquía en absoluto. [...]”

C “El conocimiento biológico actual no nos permite imputar los logros culturales a las diferencias en el potencial genético, sino que solo deberían atribuirse a la historia cultural de los diferentes pueblos. Los pueblos del mundo actual parecen poseer igual potencial biológico para alcanzar cualquier nivel de civilización.”

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Nosotros, los morochos
“En la Argentina se dice que el gato que trae mala suerte es el negro, al que trabaja mucho se comenta que lo hace como un negro y los medios titulan notas con expresiones recurrentes como “el pasado negro u oscuro” de alguien. Se sabe: ciertos modos de la delincuencia aparecen vinculados con el nivel de pigmentos en piel. Pero cuando se trata del robo a un banco hecho de una manera elegante, o cuando es mucho el dinero afanado mediante ardides ingeniosos, se habla de “ladrones de guante blanco”. Lo que casi nunca aparece en las pantallas televisivas del país son rostros de actores, políticos, conductores de televisión o modelos que pinten morochos.”Por Nahuel Gallotta
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Ahora veamos un par de informes de la TV argentina sobre el tema.



Bajada de Línea,Víctor Hugo ..."Los Miedos, Los Negros, Los Gorilas"





Informe de CQC: racismo y discriminación en Argentina 2007




Y ahora el mismo tema con un sabio toque de humor.




Micky Vainilla - 13/09/2010 - Peter Capusotto




Y, hablando de medios…

La responsabilidad de los medios de comunicación (Entre la hipocresía y el amarillismo).
"A pesar de que la investigación demuestra que los lectores no se limitan simplemente a copiar sus opiniones, es razonable suponer que la prensa influye poderosamente sobre las opiniones prevalecientes acerca de los temas étnicos".
Teun A. Van Dijk. "Racismo y Discriminacion en Argentina", Editorial Catálogos Buenos Aires 2000
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La discriminación y el racismo de nuestra sociedad es también un tema observado por la ONU:

Reclamo de la ONU a la Argentina por el racismo
El Comité contra la Discriminación pidió que el Gobierno tome medidas por la situación de los pueblos indígenas y de los inmigrantes de países limítrofes.
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Este problema está presente en todos los estratos de nuestra sociedad, ya que la cosmovisión hegemónica (el "sentido común") impone sus valores:


Educación: Estudian cómo se discriminan entre sí los chicos de barrios humildes.
Los insultos más usados por chicos pobres: negro, villero y desnutrido.
También usan "bolita" o "paragua". Los especialistas dicen que adoptan el papel de discriminador para salir del lugar de discriminado. El tema ya se discute en escuelas porteñas y del GBA.

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Entonces: ¿Somos realmente como creemos que somos…? Realmente, vemos que no. Démosles ahora un golpe mortal al seudo orgullo y al racismo autóctonos:

El 56% de los argentinos tiene antepasados indígenas.
"Lo que queda al descubierto es que no somos tan europeos como creemos ser", dice Daniel Corach, director del Servicio, profesor en la cátedra de Genética y Biología Molecular de la Facultad de Farmacia y Bioquímica de la UBA e investigador del Conicet. De la población actual, el 44% desciende sobre todo de ancestros europeos, pero el resto —la mayoría— tiene un linaje parcial o totalmente indígena. Así lo determinó un estudio realizado por el Servicio de Huellas Digitales Genéticas de la Universidad de Buenos Aires.
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Veamos más informes sobre este asunto.

Etnocentrístas, descentrados y disparatados.
"El etnocentrismo consiste en el hecho de elevar independientemente a la categoría de universales los valores de la sociedad a la que yo pertenezco. El etnocentrista es , por así decirlo, la caricatura natural del universalista.
"La diversidad enriquece la vida humana y es motor del progreso moral. El aislamiento y la endogamia llevan al ocaso y la decadencia. Y lo que es cierto para los organismos individuales, lo es aún más para las culturas. Los pueblos que no han sido capaces de interactuar, de transmitir y aceptar influencias enriquecedoras, han declinado ineluctablemente. La exclusión y discriminación -lo mismo dentro de una sociedad que entre naciones- conduce a la incomprensión y a la violencia".
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Discriminación urbana:
Buenos Aires un caso paradigmático.

"La ley, en toda majestuosa igualdad, prohibe a los ricos, igual que a los pobres, dormir debajo de los puentes, mendigar por las calles y robar el pan". Anatole France.
¿Guetos en Argentina?
"Las estadísticas de la vergüenza. Los datos que siguen permiten realizar una radiografía de la discriminación que padecen los habitantes de los barrios del Sur de Buenos Aires, que representan aproximadamente un 30% de la población de la ciudad. En estas áreas se producen el 50% de los delitos, sin olvidar que unos tres millones de personas viven, a ambas márgenes del Riachuelo, en condiciones deplorables de salubridad y soportando periódicas inundaciones de aguas contaminadas. En los barrios del Sur de la ciudad hay nueve veces más habitantes en villas de emergencias que en el norte de la ciudad.
"Los pobres de un lado, los acomodados del otro y un desequilibrio fiscal que no parece componerse nunca. Tan sencillo y tan injusto que despierta unanimidad en la indiferencia."
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El prejuicio y los prejuiciosos
"Algunos antropólogos han definido al prejuicio como una actitud hostil o prevenida hacia una persona que pertenece a determinado grupo simplemente por el hecho de pertenecer a ese grupo, en la presunción de que posee las cualidades negativas atribuidas al mismo. La opinión negativa se produce respecto del grupo despreciado y después incorpora al individuo. El prejuicio es una evaluación negativa de las personas, una idea preconcebida que se tiene sobre los otros.
"En general, los argentinos se consideran desterrados, me refiero a los porteños y especialmente a las porteñas, de las capas elevadas de la sociedad; quizás haya en nosotras nostalgia por la tierra de nuestros abuelos; quizá nuestro ser puje por recobrar las raíces europeas, hace apenas un siglo arrancadas de cuajo. La angustia del destierro asoma en casa frase. Se envidia al que pudo regresar al terruño, a la lejana patria espiritual. Esta es la oficina, Europa es el hogar y se sueña con regresar a él ".
"Además, la aceptación de estereotipos y prejuicios permite inconcientemente a quien los asume fantasear con la pertenencia al grupo dominante, con ser aceptado por ese grupo y, por lo tanto, reafirmar su identidad."
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La impronta "Civilización o Barbarie" es muy fuerte en nuestro "sentido común", y eso se lodebemos en gran parte a Sarmiento. ¿Pero era él racista?
“Ese calificativo no lo niegan ni sus apologistas. Lo que hacen desde siempre es batir el parche con aquello de que “no hay que sacar de contexto histórico, geográfico y político a los hombres y a los hechos de esa misma historia”.

También tenemos ejemplos actuales de esa misma manera de pensar, de esa misma ideología. Veamos sólo uno de ellos:

“De todo lo cual resulta que son muchos menos los que están en los sectores más altos de la escala que los que se encuentran más abajo.
"Pretender eliminar estas desigualdades es ir contra el orden natural de las cosas y desalentaría a los más aptos para realizar la labor creadora del progreso a la que están llamados. (...) "Es comprensible -no justificable- que por las características de la naturaleza humana los menos dotados se consideren injustamente tratados e intenten sustituir a los mejor dotados. Esto es lo que con toda razón se ha llamado "la envidia igualitaria".
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Y al fin llegamos al final, no definitivo por cierto, porque siempre habrá algo que agregar sobre nuestro sentimiento discriminador y veladamente racista que nos impide crecer como sociedad. La basura que este humilde obrero de la limpieza informativa y formativa ha recogido fue mucha, pero espero que una gran parte pueda ser reciclada por todos y mantener así nuestro sentido común más limpio que antes, porque no todo está perdido... ¿no es cierto?

Ver las entradas anteriores de este tema:

(I) ¿Somos como creemos que somos?


(II) Los otros morochos con poncho.


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